miércoles, febrero 28, 2007

Generalidades sobre la acentuación

Generalidades sobre la acentuación *Los monosílabos, por lo general, no se acentúan, ya que no hay duda sobre qué sílaba debería ir el acento, al tener solo una (chai, dial, dio, Dios, don, fuel, fui, gas, guau, hiel, ion, miau, pan, pie, rey, riais, ruin, vial, vio, zas).
No obstante lo anterior, hay monosílabos a los que hay que poner tilde diacrítica, es decir, usada para dar otro valor a la palabra:
-Aún, cuando se puede sustituir por todavía (Aún llueve, aun cuando parece que quiere salir el Sol).
-Cuál, pronombre interrogativo y exclamativo o adverbio exclamativo (¿A cuál quieres?)
-Cuán, adverbio de cantidad exclamativo (¡Cuán guapa que eres!)
-, forma verbal del verbo dar (Dé de su dinero).
-Él, pronombre personal (El premio es para él).
-Más, adverbio de comparación (Mas noto que estás más lejos).
-, pronombre personal (Mi sueldo es para mí).
-Ó, se puede acentuar cuando vaya entre números y se pueda confundir con el cero (33 ó 34).
-Qué, pronombre o adverbio en funciones exclamativa o interrogativa (¿Qué quieren que les diga?)
-Quién, pronombre interrogativo y exclamativo o indefinido (¿Quién dices que eres?)
-, forma verbal de los verbos saber y ser (Sé prudente: sé que se puede).
-, adverbio de afirmación y pronombre personal (Sí que quiere más para sí).
-, infusión (Te voy a preparar un té).
-, pronombre personal (Tu trastrocador te trata de tú).

*Existen palabras que, aunque aparentemente son monosílabas, se pronuncian como bisílabas, por lo que se acentúan para indicar esta cualidad: baúl, chaúl, freír (freí, freíd, fríe, fríen), laúd, maíz, país, paúl, raíl, raíz, reír (reí, reíd, ríe, ríen). Cien, adjetivo apócope de ciento, al ser monosílaba, por formar diptongo sus vocales, no se acentúa. En cíen, subjuntivo del verbo ciar, sus vocales forman hiato, es decir, no forman diptongo porque se pronuncian en distintas sílabas y, por tanto, se acentúa, para remarcar dicha cualidad; al igual que píes, del verbo piar, y pies, plural de pie; o lío (yo, verbo, o embrollo) y lio (él, verbo); o frío (baja temperatura o presente de indicativo del verbo freír) y frio (pretérito perfecto del verbo freír). En estos dos últimos casos de pretéritos, y algunos más, e incluso en otros términos que son sustantivos (guion, pion, ruan, truhan, etc.), la Real Academia Española indica que, como norma general, al ser monosílabos, no se acentúen; pero admite su acentuación cuando quien escribe percibe claramente el hiato y, en consecuencia, considera bisílabas estas palabras: lió, frió, guión, pión, ruán, truhán, etc.

*La palabras esdrújulas y sobreesdrújulas siempre se acentúan (ázoe, plúmbeo, árboles, lápices, cráteres, rómpemelo, alhábega, barnízasela, tápena, endósaselo, soletábatelos). Se exceptúa, según el Diccionario de la Real Academia Española (22ª ed., 2001), marketing. Pero en el "Diccionario Panhispánico de Dudas" (1ª ed., 2005) de la RAE, se propone la adaptación gráfica márquetin, aunque recomienda el uso de mercadotecnia.

*Las palabras en plural llevan el acento en la misma sílaba que en singular. Solo hay cuatro excepciones: carácter, espécimen, hipérbaton, y régimen; que hacen sus plurales como caracteres, especímenes, hiperbatones y regímenes, respectivamente; aunque para hipérbaton, la Real Academia Española recomienda el uso de hipérbatos.

*El hecho de que la vocal que tenga que ir acentuada se emplee en mayúscula, no exime de la obligatoriedad del uso de la tilde: Águilas, Úbeda, ALFÉREZ, Écija, LEÓN, SÁNCHEZ, DECIMOSÉPTIMO, Óleo.

*Solo, cuando es adjetivo (único o sin compañía) o sustantivo (paso de danza o composición musical) no se acentúa (palabra llana acabada en vocal). Cuando es adverbio (únicamente o solamente) se puede acentuar si con ello se evita una mala interpretación a lo que decirse quiere ("A Juan lo encontrarás solo en el bar" [está en el bar solo, sin compañía]; "A Juan lo encontrarás sólo en el bar" [únicamente lo encontrarás en el bar]. En este segundo caso, la anfibología se podría destruir, además de con el acento, expresando la frase de este modo: "A Juan solo lo encontrarás en el bar").

*Los adverbios como, cuando, cuanto y donde, se escriben con acento cuando van en frases exclamativas o interrogativas (¿Cómo y cuándo he de ir al teatro?, y ¿Dónde está y cuánto cuesta la entrada?)

*Los pronombres este, ese y aquel, con sus femeninos y plurales, no deben llevar, por lo general, acento. Solo lo llevarán cuando exista riesgo de anfibología (sentido distinto al deseado). Los neutros esto, eso y aquello nunca se acentúan.
*Cuando una palabra entra a formar parte de una compuesta, como primer elemento de esta, pierde el acento que pudiera llevar: asimismo, fisicoquímica (pero físico-química), piamadre, vigesimoséptimo. Se exceptúan los adverbios terminados en mente: comúnmente, difícilmente, fúnebremente...
[La imagen procede de la página web lengua.laguia2000.com/ortografia/acento-diacritico]

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martes, febrero 13, 2007

Ladran, señal de que cabalgamos

Portada original de -Cristo en los infiernos- Mucho se ha escrito acerca del origen de esta famosa frase. Pero he de decir, sin temor a equivocarme, que no está ni en la primera ni en la segunda parte de El Quijote, como más popularmente se cree; ni tampoco en “Vida de don Quijote y Sancho”, de Unamuno; ni tampoco es de la autoría de Orson Welles, como algunos pocos creen.
Esta frase, parece ser que es de la autoría de Rubén Darío. Se puede ver(1) en el artículo necrológico “Rubén Darío, íntimo” que escribió Nilo Fabra (hijo de Nilo María Fabra, quien fuera el fundador, en 1867, de la primera agencia de noticias en España, la Agencia Fabra) dedicado a su amigo y publicado el 10 de febrero de 1916, 4 días después de su muerte, en el diario madrileño “El Imparcial”. En dicha necrológica se puede leer, referido a R. Darío:
“[…] Al sentirse burlado o explotado supo oponer siempre con orgullo santo el gesto despectivo de quien tiene confianza en sí mismo y está seguro de su propio valer. “Ladran; señal de que cabalgamos”. Esto contestaba cada vez que se enteraba de una befa o de una injuria.
Recuerdo a muchos de aquellos perros ladradores. Unos han muerto en el más completo olvido. La mayor parte […]”
[(1) Ver el artículo de Jordi Doménech publicado en el dominio web "elpasajero.com"]
En la novela histórica “Cristo en los infiernos” [Ricardo León. Librería General de Victoriano Suárez, Madrid, 1ª edición, 1941], en su página 289, se pueden leer las siguientes frases puestas en boca de Manuel Azaña:

Ladran, señal de que cabalgamos

Es bastante probable que Manuel Azaña leyera en febrero de 1916 en El Imparcial aquel artículo necrológico de Nilo Fabra dedicado a Rubén Darío (inventor de la frase) y que decidiese hacerla suya. La difusión y popularidad de esta frase pudo venir a través de la susodicha novela del Académico de la Real Academia Española, Ricardo León y Román.
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Antecedentes perrunos:
*"A lo menos, como tengo ingenio elevado, doy buena sonada en lo que declaro, y con esto todos me huelgan de oír; y, cuando algunos me ladran, lo hacen de envidia de mi buen talento."
[Juan de Pineda, “Diálogos familiares de la agricultura cristiana”, 1589]
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*"Allí, como gozques, gruñen por invidia, ladran por odio y muerden por venganza."
[Cristóbal Suárez de Figueroa, “El pasajero”, 1617]
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*"Y ella [la Luna] a su arrogancia muda,
Cuanto a sus ladridos sorda,
De luces la tierra inunda,
De plata las minas colma."
[Anónimo, “La vida y hechos de Estebanillo González”, 1646]
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*"Comprar ladridos contra los maldicientes es obligarlos a ladrar más. Un ladrido llama a otro ladrido. Nada hace callar tanto como el callar. Un silencio hace otro silencio..."
[Juan de Zabaleta, “Errores celebrados”, 1653]
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*"Deje, pues, la Luna, que ladre el perro, que aunque quiera morderla en el agua, ni sus ladridos, ni sus dientes le llegarán a su Cielo: dejele, pues no le quita, que prosiga ella su lúcida carrera, y le burle."
[Francisco Garau, “El sabio instruido de la Gracia”, 1703]
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"La Luna corre aunque los perros ladren: sigue su carrera burlando de su algazara: se hace sorda, porque sus ladridos no la hacen fuerza. ¿Fuera bueno que interrumpiesse su curso, porque los gozquillos levantassen el grito? ¿Bueno fuera escondiesse sus luces, porque haya quien se disguste de las claridades? No es razón: siga el autor sus obras, que ya puede girar seguro, porque los apologistas han tocado a silencio. Han hecho bien, pues gastan el azeite sin que al crítico le manche. Son inchadas nubes que se forman de hypocóndricos vapores; pero no hai que temer estos nublados, amenazan, y en el aire se quedan, porque el viento los disipa."
[Benito Jerónimo Feijoo, “Theatro crítico universal,…”, 1730]
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"Pero alguna dirá: en mí ciertamente

Tales discursos no hacen mella alguna,
Ni causan más tumultos en mi mente,
Que los ladridos causan en la Luna."
[José Francisco de Isla, “El Cicerón”, c 1774]
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*¿Qué hacer sino casarse allí donde todo era calma y tedio, donde la soltería inspiraba desconfianza, donde la más insignificante aventurilla provocaba los furiosos ladridos del escándalo?"
[Emilia Pardo Bazán, “Un viaje de novios”, 1881]
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*"¡Está usted entregado a las carcajadas y a los ladridos de la Quimera!"
[Emilia Pardo Bazán, “La Quimera”, 1905]

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